Parece ser que hasta 2030 podemos despreocuparnos, seguir trabajando sin miedo a perder nuestro puesto de trabajo. A partir de entonces, la inteligencia artificial impactará de manera significativa en el mercado de trabajo, y es desde 2020 cuando empezaremos a ver como progresivamente los robots cogen fuerza en nuestro entorno laboral.
Y es que los robots ya están aquí y han venido para quedarse, que además sean nuestros compañeros de trabajo es solo cuestión de tiempo.
Las máquinas consiguen aumentar la productividad en todos los sectores. La pregunta es ¿nos adaptaremos a este nuevo entorno aprovechandonos de las ventajas que conlleva y evitando los inconvenientes?
La tecnología nos da la oportunidad de mejorar, pero ¿somos lo suficientemente responsables como para que no se nos vaya de las manos?
Debemos entender lo que está ocurriendo y tomar decisiones encaminadas a que los trabajadores humanos avancen con las máquinas y que no compitan con ellas. No hay que tener miedo, de hecho aquellos países que utilizan más la robótica tienen menos desempleo, según el informe del BBVA, El Futuro del Empleo.
“Las personas siempre temen al cambio. Le temían a la electricidad cuando fue inventada, ¿no es así?
Bill Gates
El número de robots instaurados en la industria crece de forma exponencial, La Unión Europea encabeza en donde los robots tienen mayor presencia en este sector, pero los robots no solo están en las industrias, cada vez los encontramos más en los hogares, los que limpian pisos, los cortadores de césped, los limpiadores de piscinas, y es que cada vez más estas máquinas realizan tareas rutinarias de forma rápida y eficaz y a coste mucho menor que los humanos, está claro que facilitan, sobre todo, el trabajo a personal cualificado pero peligran aquellos trabajos menos cualificados y repetitivos que a los robots parece que se le dan, “de maravilla”.
